jueves, 23 de julio de 2015

Deseos.

Deseos, qué bonita palabra, ¿no? Deseosos esperábamos ese positivo, deseosos vivimos el segundo embarazo.




Tantas diferencias con el primero... Todo es totalmente opuesto... Yo no sabía qué era que te besaran la barriga con amor y dulzura, qué te cogieran el pelo mientras lo pasas mal en el baño echando hasta la bilis... Que te cuiden, que si te dicen que las galletitas saladas y la leche condensada palian las nauseas, él salga a comprarlas a un 24h... Yo no sabía nada de esto, estoy aprendiendo tanto como con el primero, vuelvo a ser primeriza.
Hasta las cosas más agotadoras y desgastadoras de los tres primeros meses las estamos disfrutando. Todo, todito, todo.

Muchos preguntais qué como queremos el embarazo y el parto, y aquí os lo voy a decir.

¿Quereis niño o niña? Pregunta que nos han hecho mil millones de veces y en la que siempre Néstor es el que contesta rápido ¡NIÑA! y yo lo miro de reojo y siempre siempre contesto lo mismo 'me da igual' Y os explico el por qué... A mi de entrada me gustan más los niños, pero claro, me gustaría saber también qué se siente al tener una niña... Con lo cual, salga lo que salga tiene mil cosas positivas que aportarme, así que es lo de menos. Y como es lo de menos... No queremos saber el sexo del bebé hasta el parto. Ese es el deseo más claro que tenemos, queremos llevarnos una sorpresa, porque como nos da exactamente igual... Tiene que ser maravilloso que te digan como en las películas.. ¡ES UN(A) NIÑX!

Después está la prueba del triple screening... En la que se detectan anomalías cromosómicas mediante  un análisis de sangre... No me la quiero hacer. Sea lo que sea que ponga en ese papel lo vamos a querer igual, así que en mi opinión veo que te condiciona el embarazo, te hace angustiarte antes de tiempo. En cambio el Buenpadre si quiere que me la haga, no por nada, sino para estar preparados para posibles gastos, los dos estamos de acuerdo en que ese papel no va a hacernos cambiar el amor por nuestro hijo, así que seguramente no me la haga.

Momento parto, me encantaría dar a luz en mi casa, pero no está la economía para eso... Por desgracia no entra en la Seguridad Social y es demasiado dinero. Así que voy a dar a luz en Murcia, porque el hospital de Elda es como un matadero, he estado mil veces en ginecología y siempre he visto que dejan a las mujeres solas en medio de los pasillos, gritando ayuda. Me asusta que me traten tan mal como en el parto de Diego. Me niego. No, no y no. Con la primera contracción cogemos maletita y para mi tierra, que está a 50 minutos y sí que llego de sobra.

Queremos pinzamiento tardío de cordón, cuando éste deje de latir, que el bebé no llegue al mundo con prisas por respirar, que sea él quien lo haga cuando la placenta no de más de sí. En este artículo lo explica genial todo.

No quiero medicamentos que mi cuerpo no necesite, no quiero que me rompan la bolsa, no quiero que me metan de todo por vena solo para acelerar el parto, NO.
Quiero parir a mi ritmo, con mis tiempos, disfrutar del proceso. No quiero Kristeller, ni que me chillen, ni que me amenacen con cesárea. Yo sé que puedo parir, ya lo he hecho, y sé que si confían en mí lo puedo hacer de una manera preciosa.
No quiero epidural, con Diego parí sin epidural, así que con éste también puedo, (que lo mismo luego la pido a grito pelao', cada parto es un mundo)
Si tengo ganas de andar, quiero andar, si quiero estar sentada, quiero sentarme. No quiero que me obliguen a estar en la misma postura, quiero estar como yo esté más cómoda.

Quiero piel con piel nada más tenerlx, quiero lactancia prolongada, quiero cuna de colecho.

Esos, a priori, con nuestros deseos, estamos deseando vivirlo todo, pero queremos disfrutar de cada cosa a su tiempo. Estamos muy felices de la vida que estamos creando, es increíble el amor que se puede sentir a una cosa tan diminuta.